Frames of Mind, Gardner (1983);
Beyond I. Q., Sternberg (1985);
The bell curve, Hernstein y Murray (1994); y
The emotional intelligence, Goleman (1995).
El libro de Gardner no produjo ningún revuelo especial y su impacto quedó más bien en la sombra. El libro de Sternberg levantó una fuerte polvareda porque criticó duramente las pruebas basadas en los tests de CI. El libro de Hernstein y Murray, paradójicamente el más clásico, moviéndose en la línea tradicional psicométrica, fue el que provocó un gran debate científico y constituyó un verdadero acontecimiento editorial ya que en él se defendía la inteligencia como una capacidad única que se distribuye entre la población siguiendo una curva normal en forma de campana, en gran medida hereditaria, y se afirmaba, además, que gran parte de los males de nuestra sociedad se deben a conductas y capacidades de personas con una inteligencia relativamente baja. El libro de Goleman, al año siguiente, superó el éxito del libro anterior convirtiéndose en el libro de ciencia social (a pesar de ser el menos científico) más vendido de la historia.
Pero, a la hora de la verdad, y pasados los ecos de la prensa, el libro que ha dejado una verdadera huella en la sociedad y, especialmente en la Psicología de la Educación, ha sido el de Gardner que, frente a las tesis tradicionales de una única inteligencia, afirmaba la existencia de múltiples inteligencias en los seres humanos
Recapitulando. En las continuas reflexiones que hago públicas, sobre que nuestra cultura está centrada en la lingüística y lógica matemática (hemisferio izquierdo) espero que nadie dude del concepto que Gardner propuso hace 32 años (o será que pocos leen y comprenden su propuesta) sobre la gran importancia del hemisferio derecho.
Gardner (1983, 1999) se rebeló contra la concepción monolítica y estable de la inteligencia y se enfrentó a dos alternativas posibles: o continuar con las ideas tradicionales de la inteligencia y de cómo debe ser medida (lo que desafortunadamente aún sucede en México) o buscar una hoja nueva de ruta para interpretar y desarrollar lo que entendemos por este constructo. Gardner afortunadamente eligió la segunda.
Ahora bien, el desafío propuesto por Gardner ya no solo se trató de saber qué es la inteligencia o cómo la podemos desarrollar, sino de saber combinar la inteligencia y ética para crear un mundo en el que todos queramos y podamos vivir mejor. Después de todo, una sociedad dirigida por personas inteligentes bien podría lograr maravillas o acabar con todo el planeta.
El descontento y la rebeldía contra la interpretación psicométrica no era en ese tiempo sólo cosa de psicólogos; anidaba también entre los neurocientíficos que recelaban de los supuestos psicológicos sobre la inteligencia y decían que era más sensato pensar que el cerebro alberga una cantidad indeterminada de capacidades intelectuales cuya relación es necesario clarificar. De igual modo, los profesionales de la informática y de la inteligencia artificial han ido contradiciendo la seudo presencia de una inteligencia de carácter general.
Gardner manifestó repetidamente un profundo sentimiento de insatisfacción con la definición del poder de la mente humana reducido a la visión ortodoxa de una inteligencia única definida por el C.I.
Gardner no sólo se apartó del concepto de inteligencia única sino que se apartó también del viejo y obsoleto modo de identificar la inteligencia por medio de tests psicológicos. El afirmó que se puede definir mejor a los humanos diciendo que poseen una serie de inteligencias relativamente independientes que diciendo que tienen una sola inteligencia definida por el CI.
Su enfoque fue racional, no apoyado en la investigación empírica y cuantitativa, sino en un análisis factorial subjetivo.
Gardner definió "inteligencia" como la capacidad de resolver problemas o crear productos que sean valiosos en una o más culturas. (¿inventar?)
Pero no todo le salió bien. Una de las críticas más severas que Gardner recibió, es que su concepto de inteligencias múltiples fue resultado de una intuición más que de un fundamento de investigación empírica. Ahora bien, hoy en diá no existe un "megatest" que pueda suministrar un diagnóstico de "las inteligencias" de una persona.
Gardner sugiere que la mejor manera de diagnosticar las inteligencias es la observación. Esa observación puede verse complementada con una especie de cuestionario que sirva de guía para la observación de terceros o incluso para que pueda ser respondido por el propio sujeto interesado.
INTELIGENCIAS MULTIPLES VS DIAGNOSTICO DE LATERALIDAD CEREBRAL
INTELIGENCIA LINGÜÍSTICO-VERBAL HEMISFERIO IZQUIERDO
INTELIGENCIA LÓGICO- MATEMÁTICA HEMISFERIO IZQUIERDO
INTELIGENCIA ESPACIAL HEMISFERIO DERECHO
INTELIGENCIA MUSICAL HEMISFERIO DERECHO
INTELIGENCIA CORPORAL CINESTÉSICA HEMISFERIO DERECHO
INTELIGENCIA INTRA - PERSONAL HEMISFERIO DERECHO
INTELIGENCIA INTER - PERSONAL HEMISFERIO DERECHO
INTELIGENCIA NATURALISTA HEMISFERIO DERECHO
INTELIGENCIA EXISTENCIALISTA* HEMISFERIO DERECHO
*Inteligencias de Gardner vs. GENyo*
El DIAGNOSTICO GENyo* DE LATERALIDAD CEREBRAL ofrece recursos suficientes para que los padres lleguen a conocer el verdadero perfil intelectual de su hijo(a) y, en consecuencia, también sean capaces de diseñar esperanzadamente un proyecto de vida que identifique las fuerzas que tienen que capitalizar y las debilidades que deben compensar, si lo que quieren es asegurarle satisfacción personal y éxito profesional.
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#soyhd
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