miércoles, 4 de marzo de 2015

LIDERES, NO SEGUIDORES.

    LIDERAZGO, LIDERAZGO, LIDERAZGO. 


LIDERAZGO

Palabras, palabras y más palabras, pero ¿Quién enseña a ser  líderes? ¿Dónde se puede encontrar un ejemplo real, de alguien que agrupe todas las características que definen a un líder? 

REFLEXIÓN 

Hace algunos años me encontraba en el Estado de Tamaulipas, acompañando al Presidente y Director de la Cámara de la  Industria de Transformación en esa región a presenciar por televisión,  un juego de grandes ligas de la Asociación Nacional de Baloncesto de  Estados Unidos. 

Me confieso realmente en contra de sentarme frente al televisor por  largo rato, porque siento que mi tiempo lo puedo ocupar en alguna  forma más –productiva-; sin embargo, la euforia de mis acompañantes y  lo peculiar del lugar provocó que me concentrara en lo que estaba  ocurriendo en el televisor y deseo compartir con usted las once ideas que  me surgieron en esa hora en que disfruté de un gran ejercicio de  asociación mental.


En ese juego que presenciaba, en el que diez personas se agitaban,  corrían y encestaban el balón, moviéndose de un lado a otro, de  pronto me di cuenta de que el líder (o entrenador) no se encontraba  dentro del área de juego.

1.-Me pregunté una y otra vez ¿por qué ese personaje, que estaba fuera  del área, que es el que selecciona, enseña, dirige y supervisa a los de  adentro (y que seguramente es mejor que los mismos jugadores) no  participa en el juego? 

En la mayoría de las empresas ocurre, que el líder (quien dirige) no sólo  juega, sino que se encapricha, grita, se enfrenta, lucha y se desgasta  contra los cinco elementos del equipo contrario.

A pesar de saber que la posición que debe jugar es la del líder no  desarrolla esa visión aérea (o visión de bosque, como yo la llamo).

No reflexiona en que si se parara fuera de la cancha visualizaría la  debilidad comparativa del grupo al que entrena y motiva, vislumbraría  lo importante que es el manejo de la estadística, utilizada para medir  el rendimiento de los procesos de su equipo, para ganarle a la  competencia (para ganarle clientes). 

2.-En muchos lugares del mundo, el “líder” es el que desea salir en la foto, el que desea encestar, el que cuando las cosas ya no marchan bien, corre a la defensiva y  manotea para que no le encesten.

Claro, el dirá que está capacitado, que ha participado en un gran número de seminarios, convenciones, conferencias y congresos; casi puede asegurar que no necesita consejo alguno ya que se considera un líder nato (los líderes nacen, me dijo alguien).

Pues bien, frente a ese televisor seguí reflexionando y aprendiendo.

3.-El  entrenador (el líder) de ese equipo de basquetbol se ocupó de  seleccionar a las cinco personas que cumplieran las condiciones que el  puesto requiere: un centro, dos alas y dos postes. Les informó que si  bien cada uno fue contratado para jugar una posición debían suplirse  o cubrirse cuando alguno de ellos estuviera fuera de ella en el juego. 

Para eso los entrenó, y es emocionante observar cómo lo logran casi  milimétricamente. Afortunadamente, en nuestras organizaciones y empresas ya está  ocurriendo un fenómeno muy similar que recibe el nombre de  desarrollo de multihabilidades.

4.-Aunque muchas veces el “líder” sigue delegando la función de entrenador a alguno de sus jugadores, estoy seguro de que en este juego todo el equipo sabe que si no encestan...no ganan.

En nuestras empresas y organizaciones el líder debería recordarles a sus jugadores que si no tienen clientes pierden todo.

5.-En el juego de basquetbol, por supuesto, todos saben dónde está la  canasta del contrario; sin embargo, en algunas empresas, tanto los supuestos líderes como sus jugadores algunas veces suelen encestar en su propia canasta. 

6.-En las grandes ligas, el entrenamiento ha sido tan intenso que  prácticamente todos saben qué hacer, cómo, cuándo, dónde y lo  hacen. 

El líder atiende de forma muy cercana la evidencia estadística, ya que  muestra la diferencia en el rendimiento de su equipo: cuántas bolas  fuera, cuántas faltas, cuántos golpes al aro, cuántas expulsiones; en  cambio, en la mayoría de las empresas, pocos saben lo que significa  el control estadístico de los procesos y aseguramiento de la calidad (consistencia o garantía del producto o servicio).

7.-En el equipo profesional de basquetbol, se empieza por valorar los  recursos con los que se cuenta, para definir la estrategia en la  consecución del triunfo; en cambio, en muchas empresas se procede a la inversa: primero se visualiza la  estrategia (qué deseamos hacer) y después nos ponemos a pensar si lograremos el objetivo con los recursos que tenemos, ignorando que el  recuento de fuerzas es vital para definir estrategias. (FODA)

8.-En el basquetbol, el líder del equipo los hace aprender de la  competencia: filman videos, estudian el estilo de los rivales, analizan cada  evolución, pase y anotación. En cambio, en las empresas, muchas veces, ni  el mismo líder sabe contra quién juega. 

9.-Otro aspecto ejemplar es el sentimiento de entrega que se observa en  un equipo de basquetbol; no me puedo imaginar que el líder de ese  equipo profesional (el entrenador) de repente y a la mitad del partido  opte por dirigir al equipo contrario.  No deseo comentar nada acerca de la falta de congruencia y de valores del líder, que por un buen hueso o por más dinero, dirige equipos contrarios y a la mitad del partido. 

10.-Una cosa más que me sorprendió gratamente fue observar que  cuando uno de los equipos se encontraba perdiendo, su líder  rápidamente solicitó detener el juego, se reunió con su grupo, les  informó de sus fuerzas y debilidades, así como de las fuerzas y  debilidades del equipo contrario y los animó. 

Es increíble pero les infundió confianza en el peor de los momentos. 

En las empresas latinoamericanas suele ocurrir que cuando el líder detiene la operación del negocio es porque hay malas noticias: despidos de personal, paros técnicos o su inminente salida de la organización.

La motivación al estilo de apapachoterapia intensa, aparecerá solo y de manera  obligada en la reunión de fin de año, o como en México el Día de la  Virgen de Guadalupe, pero cuando las cosas se pongan duras, la  motivación: ¡bien, gracias!.

11.-Como última reflexión menciono que cuando uno de los jugadores, ya  sea por cansancio, por presión en la cancha o por cualquier  circunstancia falla más de lo normal, su líder pide su cambio y lo pone  a entrenar. 

Así es un líder; tiene la obligación de conocer a su jugador, lo  entiende, lo llama por su nombre y lo motiva, lo hace jugar mejor. 

En muchas empresas cuando alguien comienza a fallar, el “líder” simplemente ordena ó autoriza su despido, sin tomarse la molestia de recibirlo, escucharlo, saber qué le ocurre; mucho menos lo llamará por su nombre. 


Después de esta experiencia de observación y comparación entre la  realidad del liderazgo latinoamericano y un simple juego de basquetbol he  desarrollado una imperiosa necesidad de aprender de todo y de todos,  convencido de que las evidencias de un correcto liderazgo se pueden  detectar en muchas situaciones que ocurren en la vida diaria.

#soygenyo
www.genyo.org

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