martes, 2 de junio de 2015

YO A LOS OCHO AÑOS DE EDAD. GENyo*

Me Imagino a mi mismo de pequeño, en mi habitación…solo.



A mí me encanta recordar mi pasado, mis muebles, mis juguetes, mi cuarto, esos colores y juegos; pero más, más me fascina imaginarme (como soy ahora) entrando a esa habitación que tuve de pequeño:

Ahora lo hago, abro la puerta y veo a un niño vivaz, contento, seguro y muy querido. Me veo a mi mismo. Entro y me acerco lentamente a mí. Me imagino dándome la mano. Mi persona adulta tratando de conversar conmigo cuando niño. 


Al verme ese niño corre y me recibe con un gran abrazo y muchos besos mientras yo le digo…”Raulito no tengas nunca miedo de nada, sonríe que tu futuro...es maravilloso”.


Y sin mas, ese niño de ocho años de inmediato me invita a sentarme, a jugar con el, espontaneo, genuino…tal y como es. Y yo adulto acepto. El y yo juntos, platicando, conviviendo, riendo, compartiendo.

Preguntón como él es, me dice: ¿qué es lo que más querías cuando eras niño?¿qué juguete quisiste y nunca tuviste?, ¿cómo jugabas con tus hermanos? y yo adulto le contesto una a una sus preguntas mientras reflexiono: qué lindo es ser como él; hacer todas estas cosas no propias de adultos, divertidas y simples. Me acerco y le digo

Aprovecha Raulito, juega mucho y diviértete, que este tiempo te dure mucho, mucho.

Mientras escribo esto, reflexiono en la maravillosa oportunidad que tengo de no reprimirme nunca. Darme permiso de ser ese niño de vez en cuando. Y ¿sabes? compraré esos juguetes que quise y no tuve y me divertiré...de nuevo. 

Que rico es reírme de cualquier tontería, ser espontáneo, ser niño.

Ser..yo.

#soygenyo
www.genyo.org